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Julie Kay y el problema del tamaño en el porno

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Ya dejamos meridiano las dificultades profesionales que estaba atravesando Julie Kay para hacerse un pequeño hueco en la industria de adultos. Ni su precioso rostro ni sus vistosas rastas eran suficientes para destacar en un negocio cruel que no ofrece apenas nuevas oportunidades. Si bien es cierto que su carrera ha adquirido cierta estabilidad, todavía sigue en un punto muerto. Ahora en un intento a la desesperada por promocionarse no le ha quedado más remedio que dejarse penetrar por el engendro de Vlad (aquel hombre a una super polla pegado) en una escena de pollas grandes, inmensas y mastodónticas. Y es que todos conocemos el problema del Rasputín del porno, esa enorme y monstruosa polla que deja desolados y vacíos los coños de las pornostars.