En Vixen han echado mano de Jessie Saint y Kiara Cole para jugar la carta de cuerpos pequeños de actitud enorme, de esos que mantienen el misterio y la expectación, porque se entrevé su sensualidad encerrada. Resulta sorprendente como dos rubias chiquititas de aspecto aniñado, jovencísimas y de extraordinario atractivo pueden llegar a alcanzar cotas de sexualidad tan elevadas como las que nos producen las pornostars de curvas exorbitantes, las que suelen tener más plástico que el océano pacífico. Dos criaturas angelicales que, haciendo uso de una de las tendencias más manidas (y queridas) del porno, formarán un triángulo de amor para follar con el actor Johnny Castle. Maldita sea su suerte.
in Tríos