Tras casi una década desaparecida de la guerra pornográfica, Jessie Rogers ha decidido volver a pisar la industria de adultos americana. Una jugada maestra muy similar al comeback de Keisha Grey de hace pocos días. La revelación brasileña protagonizó uno de los reingresos más esperados de la década cuando se presentó en las oleosas dependencias de True Anal, la morada predilecta de Mike Adriano para desprecintar ojetes. Un acontecimiento único en su especie, por ser para muchos pornoliers como la segunda venida de Cristo, pero sobre todo porque nadie esperaba que la legendaria starlet regresara después de aquel brutal gangbang de Kink (2013) que le dejó secuelas en su esfínter.
Recordemos que Jessie Rogers fue mundialmente famosa por tener un ano maníaco que lo devoraba todo a su paso, dejando un reguero de intensas escenas sexuales que la posicionaron como una diosa latina venida de Brasil. Llamativas eran sus míticas nalgas carnosas de morfología sobrenatural, atributos que le otorgaron el estatus de Buttwoman y le permitieron competir contra otros terremotos del porno como Jada Stevens o Naomi Rusell. Sin olvidarnos de su pletórica belleza, abanderada por una melena rubia de ensueño y una figura muy proporcionada en formas prodigiosas.
En esta ocasión, la legendaria starlet ha añadido algunos kilos de grasa a su potente figura y estamos seguros que en esta vuelta al mainstream dosificará las locuras fisiológicas, dejando atrás la citada época en las que se desgarraba las entrañas para convertirse en la actriz brasileña más famosa de la historia. Así que no creemos que la leyenda viviente vuelva a sacar a flote a su nostálgico culo devorador de galaxias, tan adicto al sexo anal que llegó a rompérselo, tal y como hemos dicho.
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