Hay una ley no escrita que dice que cuanto más horrorosos son los tatuajes de una pornostar, más extrema y cerda es. Razón por la cual Jessie Lee siempre ha formado parte del equipo integral del estudio Burning Angel como una actriz insignia. Ya sabéis, una de sus indispensables pin-up «Ink», aquellas que veneran tanto la moda punk como los tatuajes de figuras tenebrosas y se mantienen fieles a este feudo del altporn sin salir de sus cuatro paredes. Hace pocos días ofreció su primer anal en pantalla bajo la batuta de Joanna Angel en la primera de una serie original llamada «Wild Wedding», un nuevo proyecto que viene a narrar las locuras sexuales que se cometen momentos antes de contraer nupcias.
Nosotros no defenderemos la estética de esta productora que solo hace café para los muy cafeteros, pero no hay duda que con el paso de los años su característico estilo gótico ha dejado de ser un género tan de nicho y su look agresivo se ha integrado con el porno comercial. Saboreemos su aroma.
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