En los años 90, nadie llegó a imaginar que una humilde jovencita de ascendencia puertorriqueña del peligroso barrio del Bronx (New York) se convertiría en una de las artistas latinoamericanas más famosas del mundo. Jennifer Lopez es, a sus 54 años, la latina más explosiva de Hollywood y la cantante de música pop mejor pagada de la industria musical. Solo tenemos que echar mano a su filmografía o discografía para ver que películas como «Sucedió en Manhattan» (2002) o sencillos como «If You Had My Love» (1997) fueron un mero trampolín de su alma escénica, recubierta de muchas facetas: cantante, actriz hispana, bailarina, productora discográfica y hasta diseñadora de moda.
La celebrity neoyorkina ha demostrado ser una marca registrada para hacer dinero, e incluso en 2012 la revista Forbes la incluyó en la selecta lista de mujeres mejor pagadas del mundo de la música. Un dinero que ha sabido invertir estupendamente bien en su voluptuoso cuerpo, cuyas impresionantes y exacerbadas curvas están aseguradas en más de 5 millones de dólares. Y es que Jennifer López vale su peso en oro por ser una mujer culona de origen latino cuya anatomía neumática le viene de serie.
No en vano, tiene un gran culo de origen puertorriqueño con el que viola mentes y solo le hace falta moverlo un poco para meters en el bolsillo a miles de seguidores de Instagram. De hecho, los ritmos pélvicos de la diva neoyorkina le permitieron en su momento acostarse con galanes del cine como George Cloony o Ben Affleck. Toda una lección de «Latin Power» solo al alcance de las más excelsas bellezas de la galaxia latina de EE.UU.
La superestrella ha vendido más de 80 millones de discos gracias a sus letras pegadizas y voyeuristicos vídeos musicales cuyas imágenes se enganchan en nuestros bulbos raquídeos. Lo viene demostrando desde éxitos mundiales como fueron su disco «J.LO» (2000) o la películas «Selena» (1997), que son una una oda a la sensualidad y el exhibicionismo. Si tuviéramos que elegir un atributo de su físico que nos resulte sexualmente desafiante, ese sería sin duda alguna su bonito trasero, que ha encontrado el elixir de su eterna juventud desde hace dos décadas y se mantiene intacto en cada secuencia erótica que protagoniza.
Obsesión (2019)
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