Con la escuálida Jazmin Luv estamos saldando una deuda impagable por no haberla descubierto al público. Un crimen de lesa humanidad por la sencilla razón de que estamos ante una escultura viviente hecha fémina. La starlet de Las Vegas forma parte de lo más granado del porno por tener una belleza natural única en su especie. Una correligionaria de Melody Marks o Lily Larimar —todas están cortadas por el mismo patrón— por ser una rubia angelical que se atreve a catar pollas legendarias como la del actor Dredd. De hecho, los fueros de Jules Jordan han sido el preámbulo ideal para exaltar sus atractivos rasgos, justo cuando el afrosemental ha colocado su pollón infernal sobre su cara. Esperemos que no tenga un accidente laboral.
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