A mediados del año pasado sorprendíamos a nuestra audiencia anunciando el regreso de Gia Dimarco a la industria de adultos. Una noticia que la comunidad pornófila recibió con los brazos abiertos no solo porque Gia sea una de las pornostars tatuadas más bellas del panorama, sino porque ha demostrado a lo largo de su trayectoria una implicación por los ejercicios hardcores más allá del compromiso profesional. Parece que por sus venas corre la implicación por el porno pringoso, propensa a escenas donde es superada en número y la utilizan sin compasión. De ahí que su facilidad para las prácticas sexuales de cualquier índole haya llamado la atención de Jonni Darkko para incluirla en aquella fantástica merienda de pollas que Evil Angel tituló «Wet Food 9» y que nosotros ya liberamos con una escena felatoria de la lengua de Alina Lopez.
Supongo que algunos pornoliers anhelarán su anterior look más natural y de apariencia más teen cuando trabajaba con el sobrenombre de Haley Wilde, pero las pornostars deben evolucionar con el tiempo o se quedan estancadas. Aun así os recordaremos los inicios de Gia con algunas de sus primeras escenas en el porno, alejada por aquel entonces de los catálogos para los sibaritas de lo extremo.
Loading…