Entre las señoritas inglesas no es muy común la elegancia y distinción (Ella Hughes y poco más), pero cuando hablamos de la escocesa Georgie Lyall llegamos al tácito acuerdo de que estamos ante la combinación más armónica de refinamiento y lascivia del país más endogámico de Europa. Estamos hablando de una de las pocas pornostars que pueden ejercer cierta belleza artística, a la par que jugar la carta de ser auténticas bombas sexuales. Y es que son pocas las starlettes que no terminan abocadas al vertedero de la vulgaridad sexual (de esto pueden hablar largo y tendido Rebecca Moore y Brooklyn Blue). Además, sus expresiones faciales son probablemente las mejores de todo el porno, solo hay que comprobarlo en una de sus más recientes trabajos con SexArt. Por algo dicen que la cara es el espejo del alma.
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