¿Habéis ido a una fiesta BDSM? Os puedo asegurar que es lo más sórdido que hay. Desde látigos de cuero hasta bolas para poner en la boca, se puede encontrar cualquier aparato para inmovilizar a personas y comenzar a torturarles sexualmente, con su consentimiento previo claro está. En esta especie de orgía bondage hay muchas mujeres que son sumisas, con sujetadores de cuero y sin bragas, ya preparadas para los artilugios que van a penetrarlas. Se entregan totalmente a los placeres carnales a través del dolor y la experimentación con sus cuerpos. Son mujeres dóciles cuya voluntad queda de la mano de los invitados que jugaran el rol de amos y ellas de esclavas. Imaginaos la que se monta en un momento, gritos de dolor y placer entremezclados por toda la habitación, fustas azotando culos ya ensangrentados mientras la mujer sumisa está atada. Mujeres colgadas como jamones del techo mientras con velas encendidas les queman los pezones. La casa del terror en esta orgía del BDSM, un arte oscuro que solo las mentes más depravadas están dispuestas a probar.
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