Que aparezcan Ella Hughes y Jia Lissa a tres bandas en una misma escena de Blacked Raw es indicativo del nuevo rumbo que está tomando el porno hacia las epidermis impolutas. La tendencia estética de los tatuajes está pasando de moda y con ellos se acaba una época repleta de estrellas que los han usado en su beneficio (Anna Bell Peaks, Christy Mack o Leigh Raven). Ahora este nuevo viraje estético libre de tinta es más que una realidad y muchos pornógrafos de renombre ya están tomando cartas sobre el asunto dando preferencia a las jóvenes starlets de piel blanquecina. A fin de cuentas hay muchos pornófilos que no les pone ver telarañas pintadas en unas tetas (Bonnie Rotten) o en la sien (Katrina Jade), una estética vacía de sentido que rompe el concepto de belleza pura del cuerpo femenino.
in Tríos