Hemos de reconocer que a Eliza Ibarra la habíamos visto asomar el morro con frecuencia la categoría interracial demostrando con creces lo mucho que le gusta la dieta del chocolate en barra, pero nunca habíamos tenido la suficiente curiosidad para comprobar si había hecho un batiburrillo de este citado placer por introducirse pollas negras con sus apasionadas cualidades felatorias. Y es que como ya describimos en sus inicios, esta latina nacida en un suburbio de Los Ángeles tiene una capacidad inaudita para las mamadas (potenciadas por el atractivo de sus hoyuelos), de esas pegajosas y sucias que dejan pringue a través de la pantalla. Dicho esto hemos ahondado en su perfil y descubierto que recientemente si que dispone de un blowgbang afro en el que como mujer policía sucumbe ante los miembros viriles de un grupo de pandilleros negros, gajes del oficio.