El porno como herramienta para transformar la intimidad y profundizar en la conexión en el dormitorio

La pornografía es fantasía. Es un arte rico y hermoso a su manera, creado a partir del deseo sexual, la imaginación, la belleza, el glamour e incluso la moda. Si bien el sexo pornográfico no hay que tomarlo como una guía fidedigna a la hora de integrarlo en la vida real y cotidiana, compartir pornografía en el dormitorio puede tener un efecto positivo y transformador en la vida sexual de las personas.

Hablar de sexo puede resultar incómodo y la pornografía puede ayudar en la comunicación. Lo cierto es que es mejor dejar algunas técnicas XXX en manos de los profesionales, aunque muchas posiciones y métodos también son accesibles para los simples mortales. Si una imagen vale más que mil palabras, imagina lo útil que puede ser un vídeo candente compartido para inspirar la creatividad en el dormitorio. En palabras del fotógrafo erótico Stefan, de SWL Photographic, «Ver pornografía juntos, o simplemente tener pornografía de fondo durante el acto amoroso agrega una dinámica adicional a nuestra vida sexual».

Por su parte, Jim Steele de BlueMoviePR considera que “la conversación sobre pornografía a menudo se inclina hacia lo negativo. Muchos argumentan que distorsiona nuestras opiniones sobre la intimidad y alimenta expectativas poco realistas. Pero en medio de toda esta charla, hay una conclusión más exacta que realmente merece nuestra atención: el potencial de la pornografía para mejorar las relaciones y aumentar el bienestar sexual”.

En lo que respecta a la comunicación, Steele observa: “Para muchas parejas que conozco, ver pornografía juntos ha abierto nuevos caminos de comunicación que de otro modo habrían permanecido ocultos. Realmente creo que cuando se consume de manera responsable y con consentimiento, la pornografía puede ser una herramienta poderosa para la educación y la exploración, que conduce a una vida sexual más plena”.

En JaqueMateAteos estamos de acuerdo con esta visión más halagüeña y positiva del porno, sin caer en esa denostación inducida por la mojigatería instalada en el espectro político tanto del margen derecho como del izquierdo, la cual rezuma hipocresía a raudales