El futuro pornográfico de Latinoamérica parece estar gestándose en Europa, más concretamente en Legal Porno, porque últimamente andan revolucionados después de haber abierto las puertas a mujeres procedentes del cono sur. La culpable de este cambio radical de políticas parece tener nombre y apellidos, Veronica Leal, pornostar atípica a sus compatriotas que perdió la inocencia en el estudio e hizo tambalear los cimientos del porno del viejo continente por ser única en su especie. Ahora a su leyenda se suman los nombres de Daniela Ortiz y Laura Monroy, dos representantes del país cafetero a las que Vox no les pondría ninguna pega en materia de inmigración y que ya estuvieron en aquella fantástica y exitosa orgía con sabor latinoamericano.