Con la ruidosa llegada de la pornostar Lela Star al estudio Vixen se abrió la veda para que otro tipo de cuerpos se asentaran en los diferentes estudios de Greg Lansky. Un punto de inflexión basado en una menor demanda de exigencia física —últimamente el plantel de bellezas que destilaban en BlackedRaw era de una ostentación insoportable— y que ha permitido que starlets de perfil BBW/PAWG puedan lucir palmito (y lorzas) en esta corriente mainstream del porno. Una de las que se han visto recompensadas por esta nueva política de inclusión de cuerpos orondos ha sido Julie Cash, o mejor dicho sus posaderas (un trasero que cabe la biblioteca de Alejandría), una lozana performer de la cual hablamos detenidamente a principios de año y que nunca le han preocupado que le cuelguen un par de michelines mientras su capacidad sexual rinda al máximo.
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