Cristina Porta lleva trabajando como periodista deportiva casi 10 años (en concreto en las tertulias futbolísticas de Punto Pelota, Jugones y Los Infiltrados), aunque la mayoría de televidentes adictos a la basura de Mediaset no conocían la existencia de esta catalana de 31 años que ha sido la concursante más querida del reality «Secret Story», de Telecinco. Ha sido la gran protagonista de esta edición e incluso ha dado más que hablar que algunas de las gallinas más fuertes del corral: sus famosas compañeras Adara Molinero o Sandra Pica.
Eso sí, aunque un principio era una de las caras más anónimas del programa de televisión, terminó ganándose el favor del público masculino gracias a su imponente y espectacular cuerpo (es de las que cuenta hasta la última caloría); el mismo que utilizó para enamorar perdidamente al italiano Luca Onestini y conseguir ser su novia. Una historia de amor empalagosa dentro del reality que ha dado para besos, roces, momentos románticos con edredoning y hasta peleas de gatas con otras celebrities.
La joven se ha visto envuelta en varias trifulcas y ha tenido sus enfrentamientos con otras chicas de la casa, aunque jamás fue votada por la audiencia para su expulsión y terminó llegando a la final de «La Casa de los Secretos», destronando a otras celebrities. Algo insólito conociendo su mal pronto, su puntito de prepotencia y agrio carácter, ya que no suele gustar a los espectadores de concursos de telerrealidad.
Pero lo que más nos llamó la atención de la expareja del conocido exfutbolista del Real Madrid Borja Mayoral fue el cuerpazo de gimnasio que tiene. En su cuenta de Instagram, que ya tiene más de 80.000 seguidores, salta a la vista que es una adicta al fitness y a las operaciones estéticas. De hecho, no es ningún secreto su paso por el quirófano para lograr un cambio físico espectacular, aunque muchos fans le digan que los retoques en su rostro quedan artificiales.
Si tiramos de hemeroteca podemos comprobar como luce el antes y el después de Cristina Porto. Con fotos que delatan una rinoplastia, infiltraciones de botox en los labios, y sobre todo, un aumento de pecho para ser más voluptuosa. El resultado frente a la cámara es inmejorable, aunque sus actuales y atractivas facciones sean diferentes a cuando daba daba sus primeros pasos e televisión, época en la que trabajaba como reportera en «Cazamariposas» y «Sálvame». A nosotros no nos importa, porque para el equipo de JaqueMateAteos el fin siempre justifica los medios, hablando en términos de erotismo.
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