Hace unos días, cuando os hablamos largo y tendido de la Siffredi Hard Academy (la academia pornográfica fundada por el legendario actor italiano Rocco Siffredi), no hicimos hincapié en el sobrehumano esfuerzo físico que los candidatos masculinos deben soportar. Sí, sí, los hombres, no las mujeres, son los que se enfrentan a extenuantes pruebas coitales con tal de aprobar y no ser suspendidos. Es aquí donde cobran vida aquellas palabras de la serie de televisión ochentera Fama: «la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar, con sudor«.
Los aprendices, con muy poca experiencia frente a las cámaras, se enfrentan a una jauría de starlets con semejante hambre de polla que si no están atentos acaban corriéndose en cuestión de segundos. Por no hablar de las pastillas del amor (Viagra, Cialis y derivados) que ponen en riesgo la salud de sus erecciones. Todo ello convierte estas francachelas sexuales en un auténtico desfile de nervios, pollas flácidas, inseguridades y cualquier ejercicio de imprudencia que casi rozan lo patológico.
Ver las expresiones faciales de los participantes, evitando por todos los medios pecar de eyaculadores precoces, no tiene precio. Y mucho ojito, que no es nada fácil mantenerse estoico ante el dispendio de pornostars con físicos de todos los colores, nacionalidades y tamaños. Sobre todo cuando se trata de mujeres como Megan Inky, Tiffany Tatum, Lyen Parker, Kesha Ortega, Sheila Ortega, Nikita Bellucci y Sienna Day.
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