A veces cuando uno pone el ojo en las pornovatas que aterrizan en la industria del triple X no puede evitar hincar el diente y cerciorarse de primera mano si estamos ante material de calidad o una simple baratija. Siempre es positivo contemplar los preludios de una starlet y comprobar su trayectoria, sobre todo si son del tipo de Chloe Temple, una delicia de 21 añitos recién salida de la cálida Arizona que empezó en este oficio en el 2018. De momento ya ha grabado una buena ristra de escena de la mano de estudios de baja estofa como POVD, BFFs, Daughter Swapped y DadCursh que sirven para ir afianzando sus andaduras en el circuito porno americano. Aunque todavía no tenga un estilo definido presenta el arquetipo de la chica risueña cuya mejor baza es la candidez en un cuerpo de teen.