No es ningún secreto que a Charlotte Sartre le encanta entregarse voluntaria a prácticas sadomasoquistas que impriman un puntito de violencia sexual. Se podría decir que sus agujeros están al servicio del mal siendo en este caso el ejemplar perfecto para servir de carnaza en «I Love Evil», película codirigida por el matrimonio de lo extremo Nikki Hearts y Leigh Raven y producida por Evil Angel de la que ya os presentamos una secuencia del squirt vaginal de Zoey Monroe. La cinta viene a ser una actualización 2.0 de las perversiones más desagradables de la vieja escuela, teniendo como núcleo duro de la misma una recreación de aquella mítica escena en la que Rocco Siffredi mete la cabeza de la pornostar Sidonie Lavour en un sucio retrete generando una enorme impacto mediático en torno a los abusos cometidos en la industria de adultos. Ver como Charlotte se somete a semejante arsenal humillatorio repleto de correctivos físicos nos recuerda porque se convirtió en su momento en un pilar de la industria extrema.