Desde que la neoyorquina blanquecina Cadence Lux debutara en el mundillo ha ido subiendo peldaños sin demasiada celeridad. Ya captamos su atención cuando rodó a las órdenes del realizador Lansky y su sello nocturno Blacked Raw siendo merendada en una orgía de nergos. Pero es ahora cuando el timming apremia pudiendo alejarse del cobijo del porno glam para tener la oportunidad de dar rienda suelta a una sexualidad más descarriada, más en la tónica de Sex and Submission, de la todopoderosa Kink. Solo ahí podrá embarcarse en un viaje hacia el sexo más fuerte escapando de su zona de confort, experiencia que le permitirá explotar ese vicio oculto y evolucionar así hacia una cuesta abajo de depravación fetichista.
Su gracia y delicadeza quedan apartadas para juntarse con Simone Sonay y convertirse en una esclava del placer masoquista.