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Bridgette B, la transición de una starlet hispana a superestrella yanki

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Aunque los últimos retoquitos estéticos a los que se sometió la barcelonesa Bridgette B (sí, nació en España) no tuvieron muy buena acogida entre la comunidad de pornólogos, finalmente logró salir sin secuelas profesionales y terminó adaptándose a un nuevo bioma pornográfico: el gonzo americano. Y es que ahora entendemos porque nuestra «Spanish Doll» se deshizo de su clásico perfil de loba latina, exuberante y ardiente; quería hacer la difícil transición de starlet hispana a superestrella yanki. Un resurgir que solo ocurre una vez cada 10 años —la vasca Rebeca Linares fue la única que lo consiguió— y por desgracia no se produce cíclicamente en la industria de adultos.

La que tuvo una estética propia de otra época (rubia de bote ochentera repleta de plástico de dudosa calidad) ahora es una una renovada imagen enmarcada en producciones preciosistas y cosmopolitas como las que nos presenta Tushy Raw. Eso sí, aunque en este trasvase se ha renovado de arriba a abajo, mantiene un apabullante trasero con el que podría aplaudir con las nalgas. Impresionante.