La tatuadísima starlette Bonnie Rotten sigue empeñada en labrarse un camino hacia el podio de la pornostar más sucia de toda América. La de Cincinnati está emperrada en ampliar su arsenal de marranadas y convertirse en una experta de la disciplina del squirting. Quiere ser la reina indiscutible del tipo de porno que está asolando el mundo, ese que, aunque teóricamente sea mainstream, no tiene inconvenientes en coquetear con prácticas extremas con ayuda de looks alternativos, entintados radicales y eyaculaciones femeninas vistosas. Es por eso que la superestrella de aspecto sofisticado sigue haciendo gala de su intensa actitud apasionada para dejar grabadas escenas absolutamente desquiciantes. Imaginaos un cuerpo repleto de tinta de cuyo coño sale todo un manantial de flujos y potentes chorrazos que golpean la cara de Eric Everhard dejando al actor patidifuso. Semejante animal sexual de talentos inabarcables solo podía exhibirse en Anal Acrobats.
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