La simbiosis pornográfica entre la productora X-Art y la irresistible húngara Blue Angel dio como resultado 25 polvazos de impecable factura técnica en la década del 2010. Una fructífera asociación erótica que rezumaba refinamiento y exquisíto trato fotográfico cada vez que la cámara enfocaba la majestuosa anatomía de la starlet del Este. El popular estudio softcore, bajo la batuta de los artistas conceptuales Coleltte Pelisier y Brigham Field, demostró el apabullante sentido de la estética que tenía sobre los cuerpos naturales provenientes de los países de la antigua Unión Soviética. Lo pudimos comprobar cuando sacaron el jugo a la joven pornostar en aquella playa tropical desierta, donde en apenas seis minutos de metraje nos deleitaron con un contenido sensual, apasionado y cercano. Impecables primeros planos de la arena sobre su piel.
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