Odio cuando una actriz porno se cambia el nombre artístico a mitad de su carrera, emborrona su trayectoria y dificulta su seguimiento. Es el caso de la española antes conocida como Klara Gold que a mitad de su periplo en territorio yanki permutó en Ashh Lee (fonéticamente es más americano) no solo en pseudónimo, también en unas formas físicas expandidas en todas las direcciones. La estrategia de marketing no le ha podido ir mejor porque para esta madrileña bendecida con un culo hipervoluminoso y aficionada al sexo interracial casi parece una latina de pura cepa de Miami. Tanto que gracias a su evolucionado aspecto físico a base de comercializar su trasero babilónico, trabaja desde hace años para estudios como BangBros donde sus rasgos redondeados ruedan en las lujosas mansiones de California.
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