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Anita Blond: el angel húngaro del porno vintage

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Después de estar casi 7 años en la industria de adultos y rodar más de 100 películas porno vintage, Anita Blonde sigue presente después de su jubilación como la mítica starlet de la Europa del Este. Además prevalece como una de las mejores pornostars húngaras de la historia, al igual que su paisana Anita Dark, fruto de aquella eclosión que se dio en los años 90 cuando las inhóspitas tierras de la pornografía decidieron colonizar los países de la antigua URSS.

Y es que todo pajero de los noventa aficionado a descodificar Canal + y coleccionista de VHS sabe que Anita Blonde junto con su compiamiga Anita Dark, que encima había sido Miss Budapest (menudo chiste entre superheroínas), fueron líricos tributos sexuales a la leyenda viva del porno europeo de la década noventera.

Anita, cuyo nombre real es Anita Hudáček, pertenece a esa generación de diosas del Este que jamás se volverá a repetir en la historia de la humanidad y puso el broche de oro a la pornografía de autor: Andrew Blake, Mario Salieri, Marc Dorcel… Paso por los principales estudios XXX del mundo: Private, Peter North, PentHouse, Hustler y dejó muy buen sabor de boca a las pollas protagonistas de por aquel entonces, quedando Rocco Siffredi prendado hasta las trancas de su majestuoso porto húngaro.

Entre su filmografía legendaria se encuentras títulos tan aclamados como: «La Clínica de la Vergüenza» (1994), «L’obsession de Laure» (1994), «Rocco Rock & Roll» (1997), «Planet Sexxx 2» (1998) o «Diario de la enfermera» (1997).

Sus tetas siempre han sido muy aclamadas y se entiende porque encajan a la perfección en el canon de teta, como dos gotas de agua perfectas. Pero creo que lo más admirable de Anita Blonde es esa cara de reina de Hungría a la que le quedan bien todas las pelucas, poses y penetraciones sexuales. De ahí su costumbre de teñirse el pelo a la inversa, tomando el sol, sonriendo delante de las pollas gordas cuando todavía no estaba muy de moda reírse en el porno.

Sus rasgos andróginos y el cuerpo fino de modelo de alta costura me hacen pensar en una diosa nórdica tocada por la providencia divina o por las leyes genéticas de la naturaleza. Sus ojos atigrados de Sophia Loren se ganaron el favor tanto de adolescentes como de sus padres, esos que quitaban las revistas a sus hijos para pajearse a escondidas de la parienta. Hace años que está retirada y todavía sueño con ella.

Sus atributos corporales fueron sin duda culpables del gran éxito que tuvo. Con una belleza digna de un ángel, poseía una carita de muñeca, unas piernas largas estilizadas impecables así como un culo compacto y respingón sin un gramo de celulitis. Su actitud tampoco se queda rezagada respecto a su perfección física, era una auténtica zorra que aparentaba ser de alta alcurnia.

Con casi un centenar escenas sexuales a sus espaldas fue una pionera en un tipo de porno muy duro para la época: sexo anal y orgías con dobles penetraciones en producciones italianas y francesas. Duró 6 años en la industria y nos dejó tantas escenas para el recuerdo que serían imposibles de recordar, aunque al menos lo intentamos en este tributo.

En la actualidad con 43 años ya cumplidos y tras una larga temporada alejada del porno, la legendaria modelo erótica húngara Anita Blonde ya solo participa en las escenas que se desarrollan en su página privada. Según cuentan las malas lenguas ejerce como escort de lujo para sus rendidos admiradores (debe contar con una legión) con el permiso de su marido. Al final todo queda entre amantes si hay dinero de por medio.