Supongo que a estas alturas la mayoría de pornófagos saben que Angela White ha firmado un contrato exclusivo con Brazzers, la productora yanki más famosa del mundo. Una estrategia de marketing de lo más efectiva para aumentar su número de suscriptores y adentrarse en subgéneros tabús, que hasta ahora el estudio de la doble Z no se había atrevido a filmar. Y es que el fichaje de la diva australiana ha sido un acicate para los amantes de la adrenalina que ansían ver porno de índole gonzo con su actitud de destrozar cámaras.
Lo decimos porque recientemente la señorita White ha puesto sus superpoderes al servicio de un delirante gangbang donde se entrega a la manipulación rectal colectiva, a las dobles penetraciones anales y al atragantamiento de pollas de todos los tamaños. Exigiendo, desde la cima absoluta del estrellato, que su apetito sexual sea saciado por su séquito de hombres.
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