Por la industria de adultos pasan incontables diamantes en bruto que, en tiempo récord, llaman la atención por reunir un conjunto de características físicas dignas de ser enmarcadas en las principales productoras americanas. Entre esas pequeñas estrellitas fugaces está Andi Rose, una jovencita de tez pálida y piernas kilométricas (1,78 m) que no pudo ocultar su evidente pasado como modelo erótica cuando le preguntaron los chicos del estudio Exploited College Girls (ExCoGi). Tiene ese algo extra, ese físico armonioso y brillo en los ojos, que la convierte en un especimen único poco convencional y de valor infinito. Pese a estar más plana que una tabla de planchar.
Lamentablemente, Andi Rose no tiene la fama que se merece y por alguna razón inexplicable (probablemente estupidez) muchos pornófagos la tengan incluida en la lista ‘B’, la carpeta de windows destinada al porno malo. Incluso se nos extraña su corta vida pornográfica — solo tiene rodadas 80 escenas desde 2020— sabiendo que desde el minuto uno se subió al tren del anal y la doble penetración. Puede que necesite alejarse de la network Team Skeet lo antes posible, pues su tremendo potencial está siendo desperdiciado con escenas mediocres.
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