Su nombre es sinónimo de éxito en la pequeña pantalla y es que Ana Caldas viene de una nueva hornada de actrices que desde pequeñas han sabido que querían dedicarse al mundo de la farándula. La actriz sevillana, nacida en la generación de los 80, ya era famosa antes de debutar en el cine por tener como padre al conocido José María González de Caldas (expresidente del Sevilla F. C.). Pero ella dejó bien claro que quería sobresalir por si misma, sin la ayuda de su familia, y pronto le llegó el éxito con su papel más importante hasta la fecha: «Carmina» (Telecinco), interpretando a la famosa española Carmina Ordóñez, amante del torero Paquirri.
Un despegue profesional por todo lo alto al que le seguiría participar en la serie de televisión «Las Aventuras del Capitán Alatriste», una mala adaptación de la novela de Arturo Pérez Reverte que produjo Telecinco. Una obra de ficción marcada por momentos eróticos muy explícitos, en los que Ana, desnuda y enseñando su pecho (bastante plano si lo comparamos con las tetorras que le quedaron después de operarse), práctica sexo con el capitán Alatriste. Por lo que no entendemos porque está tan triste después de saborear su inmaculado y natural cuerpo.
Está claro que la vitalidad de esta atractiva artista sevillana es indispensable para subir la audiencia (sus actuación muy sexuales lo valen), así lo ha demostrado exhibiendo su cuerpo en su primera película «Afterparty» y siendo la médica «Rocío Jiménez» en la serie de TVE «Centro Médico». Su pasado laboral está plagado de series de televisión como «Sin Identidad», «La Pecera de Eva», «La Catedral del Mar» o salir en videoclips musicales con famosos como Pablo Alborán. Se atreve con todo lo que le echen.