Volvemos a sumergirnos en el desconocido porno semiprofesional de la productora española Fakings para rescatar del olvido a la que fue otra célebre colegiala que inspiró decenas de escenas. Si hace unas semanas rememoramos las vivencias sexuales de Aragne Spicy, chica contratada del estudio por su imagen estudiantil, hoy le toca el turno a Ainara Reina: una peculiar actriz valenciana que pasó por sus sets de rodaje entre los años 2012 y 2015 dejando una huella imborrable. Y es que Ainara era otra fiel representante de la sexualidad del alumnado español. Una jovencita adicta al sexo casero que le gustaba poner cachondos a hombres adultos mientras se los follaba con su uniforme del instituto.
Su historia es cuanto menos inquietante, pues a los 18 años ya padecía de un apetito sexual insaciable que le hizo fugarse de casa para trabajar en la industria ibérica pornográfica. Con apenas habiendo rebasado la mayoría de Edad mandó un Whatsapp en busca de fortuna para ser contratada en el cine de adultos. No tardó en lanzarle la caña el mismísimo Pierre Woodman para meterla en uno de sus conocidos castings de sofá y desprecintarle el ano. Encontró un filón.
Con semejante debut por todo lo alto no nos extraña que a partir de entonces sus preferencias sexuales fueran de lo más insólitas para una joven muchacha adolescente. Por ejemplo, Ainara estaba hecha una depravada sexual que ponía cámaras ocultas en su casa y grababa vídeos porno amateurs donde sus víctimas eran los hombres que llaman a su puerta. De este modo se fue trajinando a repartidores, vendedores a domicilio, butaneros e incluso a funcionarios de Correos.
Su propuesta sexual no recaía íntegramente en el plano físico. No os vamos a engañar, Ainara Reina no era una preciosidad, ni poseía un gran atractivo. Su belleza era mundana, de ese tipo de chicas con la que te cruzas en la calle y te llama la atención porque jamás hubieras pensado que bajo su dulce fachada se escondía una zorra de alta alcurnia. Porque esa es otra, su frágil apariencia de niña pizpireta engañaba al pervertido más experimentado, convirtiendo al cazador en presa sexual.
Respecto a su repertorio sexual tenemos que decir que Ainara posee un glosario muy amplio para lo que se espera de una pornostar española. Ha grabado prospecciones anales, dobles penetraciones, orgías, sexo interracial y sobre todo se ha empapado de arriba a abajo de ese exhibicionismo y voyeurismo tan común en las producciones nacionales de baja estofa. No le tenía miedo a nada, ni siquiera de las duras embestidas del «latin lover» Marco Bandera o el lolito Jordi El Niño Polla, su partenaire masculino favorito.
Desgraciadamente, Ainara reina lleva cinco años fuera del mundillo y no tiene pinta de que vaya a volver. Una verdadera lástima que no siga encandilándonos con sus personajes caracterizados de cándida colegiala, con sus sexys uniformes, interpretando a modositas lolitas que hacen lo que quieren con los hombres. Sin duda una de las grandes pérdidas del circuito de adultos español y una tragedia para millones de fetichistas que aman las falsas apariencias.
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