Biografía de Verónica Rodríguez
Verónica Rodríguez lidera un nuevo prototipo de actriz porno latina donde no se le da tanta importancia a los físicos adulterados, sino a la belleza natural y estética armoniosa
De Venezuela tenía que ser Verónica Rodríguez. Ese cuerpo delata por cada poro de su piel que es latina.
Ese pelo moreno y largo, esas caderas sinuosas y con curvas, esa cara risueña y picarona. Después de follarse todo lo que podía follar en su país natal tuvo que emigrar a la meca del porno, Los Ángeles, para comenzar a rodar porno americano.
Verónica Rodríguez comenzó a interesarse por el porno allá por el año 2011 y aunque no posee el mismo cuerpo grande y voluptuoso de sus compatriotas, su fuerza radica en una belleza natural que a día de hoy se lleva explotando comercialmente con muy buenos resultados.
Alejada de esa imagen frívola de mujeres operadas de físico completo, Verónica Rodríguez es natural al 100%, de hecho, no lleva ni un solo tatuaje en su cuerpo.
Podríamos de decir que es virgen en ese aspecto. Ella es de las primeras en la nueva generación de actrices porno latinas, mujeres cercanas que se asemejan más a las chicas de la calle que a las modelos de pasarela.
En lo que lleva en la industria de adultos, no ha parado de rodar escenas de sexo y eso solo significa una cosa, que le gusta y mucho. Donde muchas han perecido, ella ha triunfado.
Algunas no han podido soportar el ritmo frenético de la profesión, otras no han sido aceptadas por las masivas y mal hechas operaciones de estética, otras no se han adaptado a los nuevos tiempos y la demanda de sus fans.
Sea cual sea el caso es que Verónica Rodríguez, aunque sea una chica pequeña, sin una silueta inundada por las curvas y con las tetas naturales pone palote a todo hombre que entra a ver un vídeo porno para masturbarse.