A la sombra del Monte Vesubio, bordeando las ruinas de Pompeya, se encuentra una pequeña y tranquila ciudad italiana llamada Scafati; el lugar de nacimiento de Valentina Nappi. Una idílica localización que explica la causa de su cuerpo completamente natural, curvilíneo y el hecho de estar en una perpetua erupción sexual: porque se forjó bajo el calor de un volcán.
Pero vayamos al principio de su historia. Valentina se inició en la industria del porno después de enviar un correo electrónico al legendario productor de porno italiano Rocco Siffredi, quien luego apodó a su exclusivo descubrimiento como «La Diosa del Monte Vesubio». A partir de aquí, demostró que Rocco tenía razón y se olvidó de su licenciatura en Historia del Arte para abrazar el porno duro desde sus inicios y convertirse en una todoterreno del sexo filmado y una de las starlets insignia del siglo XXI.
Su fuerte determinación hace que todo lo que le propongan lo acepte sin pestañear y pueda llevar a cabo las salvajadas más bestiales: dobles penetraciones, sexo anal, gangbangs interracial… nada puede con ella porque sus ansias por triunfar superan todas las expectativas. Se podría decir que es la combinación ideal de sangre caliente de musa grecolatina con la frialdad propia de una femme fatale que usa la sexualidad para atrapar al espectador.
Y que decir de su prodigioso cuerpo 100% natural, sin puntos débiles y con unas caderas de mujer altamente reproductora que le proporcionan todas las ventajas estéticas para alcanzar lo más alto del star system pornográfico internacional. Una fuerte belleza grecolatina de ojos color avellana y con una voluntad a prueba de bombas que ha trascendido más allá de sus fronteras itálicas, incluso mucho más allá de Europa, llegando a USA por la puerta grande.
Fue en EE.UU donde demostró ser una mujer mediterránea de los pies a la cabeza. Un símbolo sexual de la industria de adultos europea que comenzó su carrera pornográfica en América del Norte de la mano de productoras de primer nivel como Bangbros, Brazzers, Evl Angel, Elegant Angel… Incluso las malas lenguas dicen que pudo haber sido una digna sustituta de Sasha Grey y que podía haber llenado su hueco si realmente se lo hubiera propuesto. Sea cual sea el caso, lo cierto es que Valentina Nappi se mueve en el porno como una depredadora del viejo continente que tiene un vasto territorio de caza.