Biografía de Maddy O’Reilly
El imponente culo de Maddy O’Reilly, siempre abierto a rodar escenas anales, se estropeo en el mismo momento que la pornostar no pudo controlar su subida de peso. Una actriz caída en desgracia que se comió a si misma.
Maddy O’Reilly es el ejemplo de que las pornostars se hacen a base de repetir marranadas delante de las cámaras y adquiriendo experiencia a lo largo de los años. Salida de Carolina del Norte, y con tan solo 21 años, debutó tímidamente sin hacer mucho ruido, pero con un cuerpo tan espectacular que rápidamente llamó la atención de la comunidad pornófila.
Siempre ha hecho gala de poseer una sexualidad muy curiosa y activa. De hecho, el motivo de su estancia en la industria de adultos fue porque envió un formulario online a una agencia de modelos que buscaban aspirantes a pornostars. Y todo eso mientras se masturbaba viendo vídeos eróticos por internet ¡Casi nada.!
Sus preámbulos pasaron desapercibidos, pero recién salida del horno pronto aprendió que para triunfar en la meca del porno debía aprender los secretos del anal. Dicho y hecho, en 2014 el estudio de Hard X le puso a su disposición su 1ª escena anal junto al francés Manuel Ferrara, su showcase «Maddy», una cinta apoteósica de la directora Mason que desprecintaba su ano.
Meses más tarde, Elegant Angel no quiso perder su parte del pastel y convocó a la starlet en el film «Maddy O’Reilly is Slutwoman» para que se dejara atravesar por una doble penetración. Una especie de oferta 2×1 que le permitió convertirse rápidamente en una de las starlets más solicitadas en materia rectal.
Siendo ya una estrella consagrada se codeaba con las más grandes actrices y era el centro de atención en escenas donde se necesitaban chicas predispuestas a entregar varios agujeros a la vez. Estaba en un nivel superior, su momento cumbre, ansiaba ganar premios, estatuillas y galardones. Aquella época en los que todavía controlaba sus subidas de peso y conseguía duplicar el tamaño de su trasero —luego hablaremos de esta problemática— y esculpía a base de curvas abruptas uno de los mejores culos del porno americano.
Por esas fechas, la culona de Maddy O’Reilly entregaba su culo hasta al mismísimo Rocco Siffreddi, una masa de carne magra perfecta, con la intención de pulverizar todos los récords. Era infatigable, trabajando a un ritmo endiablado, y tenía el firme propósito de ocupar el trono de reina del sexo anal. No obstante, en 2015 comenzó su declive como performer voluptuosa al pasarse de peso y ponerse demasiado hermosa. Sustituyó el hambre de polla por las hamburguesas, y esos kilitos de más se fueron acumulando hasta pasarle factura.
De esta forma Maddy, la supernova puesta en el firmamento de estrellas, se precipitó de los cielos y perdió sus magníficas capacidades sexuales (un aforo uterino y rectal encomiable), casi al mismo tiempo y rapidez que los kilos que iba añadiendo a su cuerpazo. El resultado de aquello terminó mutando en un culo casi al borde del subgénero PAWG y BBW, un trasero gigante y unos muslos tan gordos como neumáticos de camión. Su descenso a los infiernos fue tan directo y rápido como el ritmo al que se rellenaba de grasa.
La que otrora poseía uno de los panderos más prestigiosos del mercado, terminó sus días engullida por si misma. Una mujer completamente distinta al producto original que un día fue. En la actualidad sigue teniendo audiencia y trabajo, pero ya no es la pornostar de alto nivel que recordamos.