Biografía de Krystal Boyd
Krystal Boyd es una pornostar rusa que se ha especializado en realizar escenas porno hardcore. Pese a su frágil apariencia puede lidiar con el sexo más duro.
Krystal Boyd es demasiado sexy para el porno. Una preciosa muñeca rusa que hizo su primera aparición en la industria para adultos en el año 2011 con 18 años de edad.
Se dio a conocer por su delicada belleza expuesta en las fotografías eróticas. Una exposición de rasgos finos propios de damas europeas de pura casta hacen mella en su inmaculado cuerpo.
Es un ángel de movimientos acompasados que folla con auténtica dulzura en cada una de sus escenas pornográficas. En el cine de adultos es conocida por sus escenas eróticas en donde incluye juegos con sus nalgas.
Según nos cuenta ama los tatuajes y los piercings, cosa chocante porque su físico es un templo de piel balnquecina sin na gota de tinta.
Durante su carrera ha trabajado con varias empresas de producción de cine para adultos relacionadas con el mundo softcore, como lo son PassionHD, MetArt, X-Art Nubiles, y otros sitios en su mayoría de contenido erótico.
Esta pornstar rusa en la actualidad pertenece a uno de los focos más importantes para los amantes de las películas eróticas. Es una superestrella dentro del nicho de europeas donde se mueve.
Krystal Boyd conocida con varios pseudónimos, entre ellos están Angel, Angélica, Katherine A, Ksyusha, Snejanna, Abbiy, Ebbi, Chelsea, Abbie, Ksusha, Megan, Abbey, Slim Anya, Vera, Abby C, Kathy I y Abby H.
Su frágil aspecto hace que sus gestos sean medidos en buenas dosis. Un poderoso físico que se manifiesta especialmente bien cuando se mueve y mira al espectador. La dulzura que desprende cuando tiene sexo con sus compañeros de reparto es única.
Entre las características que destacan en su personalidad ella se describe así misma como una chica agradable y extrovertida, además cuenta que su vida no es muy diferente a la de las demás chicas.
Le gusta mucho viajar y cuidar a sus mascotas, cocinar, asimismo habla de que a las mujeres se les debe incentivar para que vayan al gimnasio, trabajen y destaquen, también que tengan una vida social y no caigan en una frecuente monotonía.