Biografía de Gia Paige
Gia Paige comenzó exhibiendo su pequeño y curvilíneo cuerpo en una casa de camgirls y webcamers antes de dar el salto al sector de las actrices porno
Gia Paige representa el actual movimiento diminuto de cuerpo del porno moderno de ahora. Chiquitita, guapa a radiar y con culazo, aparte de poseer una silueta curvilínea de infarto.
Asegura que, desde que se acostó con un chico en casa de una compañera de clase, el sexo se convirtió en su verdadera pasión durante su etapa de instituto y llegó a acostarse con más de 50 chicos antes de su graduación, a partir de ahí dejó de contar por aburrimiento.
Trabajó de canguro y como camarera y dio sus primeros pasos en la revista Suicide Girls en la que destacó por su look algo radical pero sin ser agresivo (cuenta con once tatuajes muy bien colocados y repartidos en su cuerpo).
Tuvo una aceptación brutal por parte de los lectores. Un día descubrió el mundo de las camgirls y se convirtió en y, ahí, encontró el empleo fijo que tanto estaba buscando.
De ahí al porno solo hay un paso y lo logró gracias a un documental de chicas cámara donde la instruyeron en esta digna profesión exhibicionista.
De hecho, entró a vivir a una casa grupal de esas financiadas por un estudio porno donde están plagadas de webcamers. Trabajó para productoras como Evil Angel, Team Skeet o Brazzer.
En la actualidad se dedica a disfrutar de su profesión, ha realizar chupadas a sus colegas en sitios inadecuados y, lo que más te sorprenderá, dice que cuando acabe con la profesión del porno se dedicará a las ciencias funerarias. Todo un espectáculo. Por cierto detesta los grandes rabos debido a su pequeño cuerpo.