Biografía de Eva Notty
Aparte de las más que evidentes enormes tetas de Eva Notty, esta pornostar era escort de lujo y se ganaba el pan ejerciendo de dominatrix con los clientes.
Antes de encontrar su verdadera vocación como pornostar, Eva Notty trabajaba como recepcionista en una compañía familiar de alquiler de camiones. Un atípico oficio para una mujer que era pura sensualidad andante. Y es que la de Tucson (Arizona) tiene sangre puertorriqueña y alemana que corre por sus venas y le imprimen unos exóticos rasgos de tinte mestizo que son del todo irresistibles.
Fue tentada por el mundo oscuro de la pornografía a través de un maquiavélico amigo que tenía contactos y que presentó sus fotos a la mítica revista Score, magazine erótico conocido por las grandes tetas de sus modelos. Después de este pequeño incidente, su carrera despegó cuando cumplió 27 años y no tardó en hacerse un hueco y colaborar con los mejores y más importantes estudios y productoras: New Sensations, Devil’s Film, Evil Angel, Girlsway, Brazzers, Adam & Eve, Naughty America, Reality Kings, Girlfriends Films o Jules Jordan Video.
Un meteórico ascenso aupado por sus pechos gigantescos a los que ningún hombre se podía resistir. Y si esto fuera poco, además pasó un tiempo siendo dominatrix de hombres (usando el extraño apodo de Mistress Shawna), escort de lujo y maquilladora de otras actrices en diferentes producciones. Una versatilidad camaleónica que terminó apuntalándola como una de las mejores pornostars estadounidenses de la pasada década. En sus trabajos más destacados, sobresale por su dedicación y entrega a la hora de meter las manos en la masa: es especialista en lésbicos, interraciales y del subgénero BBW.
Conocida fue su primera escena de sexo interracial, protagonizada junto al popular actor afroamericano Lexington Steele, El Empalador, en la película Lex’s Breast Fest. A partir de aquí las ofertas le llovieron desde muchas productoras. Físicamente, siempre ha resaltado por sus enormes tetas, que de por sí eran exuberantes incluso antes de operarse con el fin de ganar más notoriedad. Tras 14 años en el candelero, su cuerpo ha sabido ir adaptándose al paso del tiempo sin perder un ápice de voluptuosidad.