Biografía de Esperanza Gómez
Esperanza Gómez es el icono del porno en Colombia exportado al mundo entero. La cafetera de Belalcázar, que entra en el TOP 10 de cualquier ranking de pornostars, es una de las latinas colombianas más famosas y fogosas de la historia de la pornografía moderna.
Esperanza Gómez posiblemente haya sido la mejor pornostar latina de todos los tiempos. Una colombiana de sexualidad explosiva (se ha declarado ninfómana confesa en muchas entrevistas) que empezó a coquetear con el lado pornográfico desde que salió en los desplegables de la revista Playboy en su Colombia natal.
En total su periplo en el mundo del porno duró la friolera de 9 años desde que debutara en 2009, dejándonos escenas para el recuerdo como su mítico encuentro interracial en la película “South Beach Cruisin’ 3” (2009) de Josh Stone Productions, estudio homólogo del negro dotado que se la zumbó junto a Justin Slayer. Posiblemente su sesión de sexo más espectacular de toda su filmografía.
Esta diosa del sexo latinoamericana por antonomasia (la única starlet colombiana que le hace sombra es Franceska Jaimes, la exmujer de Nacho Vidal) ya tenía las cosas claras desde que era una niña de 14 años y quería ser actriz de cine convencional. Un pensamiento muy precoz que sumado a su hiperdesarrollado cuerpo caribeño no apto para cardíacos la catapultaron al estrellato de la industria de adultos internacional.
Rápidamente se convirtió en un icono a nivel mundial que saciaba sus fantasías sexuales a una velocidad inaudita, igual grababa escenas ramplonas para Brazzers que se apuntaba a intensos tríos con squirts.
Respecto al físico de la cafetera (sinónimo de mujeres colombianas) decir que raya la perfección divina con su anatomía voluptuosa: un culo atlético duro y prieto y unas tetas operadas impactantes de ver. Además, folla como una bestia, galopa y monta como una jabata en celo.
Mueve maravillosamente bien su cuerpo y por si fuera poco hay que añadirle su belleza sudamericana y su carácter afable, haciendo que el morbo se dispare por las nubes y los millones de seguidores que tiene por todo el globo terráqueo (especialmente los hombres hispanoamericanos) la conviertan en una de las pornostars más famosas del panorama pornográfico.
Su actitud desgraciadamente no va a la par de lo que nos puede ofrecer su potente físico. Le falta un toque de cerdería (incluso a veces parece tener arcadas cuando hace mamadas), una vuelta de tuerca más para meterse de lleno en las guarradas del sexo filmado que otras como Adriana Chechik sí controlan.
Aunque este pequeño hándicap no le impide correrse varias veces en una misma escena, pareciendo una adolescente inexperta, a causa del agrandado tamaño de su clítoris, más grande de lo normal porque según cuenta tomó anabolizantes para muscular levemente su cuerpo, de ahí su físico semi atlético y musculado.
Actualmente retirada del porno profesional el único vínculo que la une al sexo filmado es su canal de Snapchat y FanCentro en el que de vez en cuando sube vídeos donde hace tríos y otras cochinadas. Nada serio y con un estilo muy amateur propio de su vida privada y personal. También añadir que colabora activamente en programas de televisión, radio, prensa del cotilleo y hasta da charlas sobre sexualidad.
Sus redes sociales arden cada día, tanto en Instagram como en Twitter los algoritmos van a marchas forzadas para sumar “Likes” y “Me Gusta”. Y es que es imposible que la sociedad pueda deshacerse de todo lo que nos ha aportado la pornostar Esperanza Gómez.