Biografía de Amia Miley
Amia Miley es una veterana latina que no cesa en su empeño de operarse cara, culo y pechos para estar cada vez más espléndida a la par que experimentada sexualmente.
Nacida en el republicano Estado de Arizona en 1990, Amia Miley no se contagió de la moralina estadounidense y sin pensárselo dos veces, nada más cumplir los 18 años, se enfrascó en un viaje por la pornografía que cambiaría su vida para siempre.
Eso sí, esta descendiente de ancestros italo-hawaianos de claras raíces latinas ya traía los deberes hechos de casa al haber adquirido experiencia trabajando como modelo erótica bajo el nombre de Amia Moretti en la web de advenedizas FTV Girls (benditos cazatalentos por ficharla).
Atrevida, audaz, valiente y con las cosas claras, se presentó a la conocida audición sexual del estudio Backroom Casting Couch (el del sofá negro) y puso su cuerpo 100% natural al servicio de la cámara. Un físico sin estridencias, sin edulcorantes artificiales, muy apropiado para grabar escenas de jovencitas risueñas e ingenuas.
Puede que a la starlet Amia Miley le faltara voluptuosidad cárnica, desde luego, pero sus carencias anatómicas las compensaba con garbo y simpatía. No obstante, los años no pasan en vano y el ciclo de tendencias consumen rápidamente a las teens inmaculadas (los pornófagos lo fagocitan todo), por lo que poco a poco fue creciendo en su interior una necesidad imperiosa de realizarse retoques estéticos para sobrevivir en este salvaje y sexual ecosistema.
Pronto la morenaza norteamericana sucumbió al lado oscuro del plástico cuando todavía no había cumplido los 25 años y su antes natural cuerpo se fue transformando en un campo de operaciones de pecho, aumento de glúteos, liftings faciales y relleno de labios. De hecho, estos cambios se acentúan con el paso del tiempo y cada vez que aparece en una escena porno no solo está mucho más experimentada, sino también más cambiada físicamente.
No obstante, esta mutación anatómica le ha permitido experimentar con su sexualidad de tal manera que puede compaginar a la perfección su faceta de damisela compungida con otros nichos de mayor agresividad sexual donde tiene que ser una fiera en el catre. Un paso adelante en su carrera que le ha aportado confianza demostrándolo con mucho compromiso (más de 250 películas grabadas lo abalan), aunque sin subir a los últimos niveles donde el sexo anal y las dobles penetraciones tienen lugar.