Las urnas democráticas de los AVN Awards (los votos públicos) han dado como resultado que el culo de Abella Danger haya sido premiado, durante cinco años consecutivos, con la estatuilla «Most Amazing Ass»; desde el 2019 hasta 2023. Un palmarés envidiable para una retaguardia que, además de incluirla en nuestro ranking de culonas siderales, puso a sus pies a toda la comunidad pornera de Occidente. Pero sobre todo, un título que honra el mayor logro de la pornostar de Miami: un trasero pantagruélico que cuando se pone en movimienrto centrifuga cualquier miembro viril. De ahí su apodo «La Peligrosa».
De ascendencia ucraniana, Abella Danger se crió en un hogar judío pero pronto se dio cuenta que sus caderas podían ser la vía de entrada a algo más grande que el reino de los cielos. De hecho, al poco tiempo de debutar impuso tendencia en la industria de adultos inaugurando el nicho de las starlets planas (como una tabla de planchar), pero con excedente cárnico en la retaguardia. Una combinación que se puso de moda con correligionarias de la talla de Remy LaCroixe, Kimmy Granger, Aj Applegate o Kelsi Monroe. Eran los famosos cuerpos femeninos con forma de pera, acampanados, que sabían mover las caderas como posesas.
De esta manera, Abella Danger representa mucho más que el arquetipo de la clásica pornstar californiana. Ella fue la pionera de este movimiento de culos icónicos esculpidos por los dioses. Además, debemos agragarla a la lista de las grandes estrellas que no tienen ni tatuajes ni piercings, como Adriana Chechik, Anya Olsen y Mona Wales, lista a la que podríamos agregar otras figuras, como la pálida Jia Lissa, musa del glamcore de Vixen por su lechosa piel impoluta.
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