Hoy presentamos a una ardiente argentina ya talludida (36 años), amante de los tatuajes, con tetas operadas esféricas y, por supuesto, con un apetito sexual muy marcado. Es por ello que decidió filmar sus encuentros furtivos para matar dos pájaros de un tiro: saciar sus necesidades de sexo y, a su vez, sacar un dinero contante y sonante con ello. La podemos contemplar demostrando su lujuria desmedida en un par de escenas caseras, y explicando en una entrevista cuál es su posición favorita cuando “coge”, además de otros detalles relacionados con el acto sexual. Una conversación íntima que también puede que resulte excitante para buena parte de la audiencia.
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