Pues bien, Donald Trump se ha convertido de nuevo en mandamás de los Estados Unidos de América, y buena parte de la población se pregunta si el histriónico magnate tendrá que rendir cuenta frente a los 34 delitos graves relacionados con la falsificación de registros comerciales en un proceso electoral para encubrir los pagos realizado a la actriz porno Stormy Daniels, miembro del Salón de la Fama de AVN.
Sin embargo, ahora todo apunta a que el presidente electo podría eludir cualquier sentencia penal y ver sus condenas anuladas a medida que regresa a la cima del poder nacional. Esto reaformulará todo el espectro político en Estados Unidos. La victoria holgada de Trump supondrá un giro ultraderechista impulsado por el populismo ramplón y la corriente alineada en torno a cuestiones claves de la guerra cultural, como, por ejemplo, los esfuerzos para restringir significativamente la pornografía legal a día de hoy, o aún peor, prohibirla. Pero no se alarmen, si acaso, todo quedará en el intento. Ni un millón de tipejos fariseos y delincuentes tipo Trump —ni la nueva “izquierda» postmoderna y mojigata que no para de degenerar— podrán acabar con la pornografía; eso sería como intentar parar el mar.
Loading…