Es posible que a muchos aficionados les resulte una calamidad ver un matojo de pelos en la entrepierna y en las axilas de una chica, pero nos consta que para otros es un plus de morbo añadido. Concretamente, la francesa Khalamité ha creado un personaje alejado de los estándares actuales en ese sentido, no así en cuanto al fervor casi generalizado de añadir tinta al cuerpo. Lleva ya cinco años en el campo amateur, tiene 26 años y representa la quintaesencia de una buena parte de las nuevas generaciones, y no tan nuevas: feminista, pansexual y sin tabúes. Eso sí, lo de pansexual puede ser debatible, puesto que el coño se le hace agua cuando tiene por delante a un amante negro (o dos) con la herramienta erecta. Dice que aprendió montaje, encuadre, iluminación, maquillaje y a escribir guiones antes de decidirse a grabar porno, lo que le resulta tremendamente estimulante. Esto último es muy verosímil a juzgar por sus vídeos.
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