Merece dejar de lado la actualidad en el mundo del porno para disfrutar de un pandero que marcó una época en la industria norteamericana, el de Mandy Muse. Ahora bien, al contrario de leyendas del porno conocidas por sus espectaculares e impresionantes traseros, como Jada Stevens o Naomi Russel, con retaguardias que se mantuvieron casi impertérritas con el paso de los años, el de la señorita Muse alcanzó el cenit durante un determinado periodo. Y es que es de esos culos amplios y trémulos que, de manera inevitable, sufren visibles secuelas a medio plazo, debido a la propia morfología de unas nalgas tan generosamente femeninas. En este sentido, a nuestro parecer, es en la época de esta escena (2017) cuando el culazo de Mandy era estratosférico, un atributo grandilocuente y perfecto que reclamaba a voces ser sobado, penetrado y profanado sin descanso.
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