Se autoproclama sin sonrojarse como la sucesora de la gran Asa Akira, y lo cierto que la chica es mona y se desempeña bien en sus performances. Sin embargo, no ha desplegado ni un mísero cinco por ciento del arsenal sexual que desplegó a lo largo de su carrera la renombrada nipona. Nos referimos a Jennie Rose, que nació en Corea del Sur, aunque vivió también en Filipinas y acabó afincada en Chicago con tan solo 10 años. Ya de adulta, su intención era instalarse en Los Ángeles como pintora, con una obra centrada en el expresionismo abstracto que repartió en galerías de arte locales, pero el porno se cruzó en su vida porque dice que le gusta que le miren y que follando se siente hermosa.
Lo curioso de Jennie es que no le hace falta abuela y lo tiene todo bien claro: “Tengo un cuerpo de ensueño y al negocio le falta talento asiático”, proclama con orgullo, añadiendo: “No hay una artista equivalente a mí desde Asa Akira.” En fin, a esta asiática con ínfulas de diva no le cabe más narcisismo, pero sí tiene hueco para una buena polla negra en su coño.
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