Los pornólogos más avezados coinciden en que Kendra Lust dejó un vacío en la industria de adultos que no se ha vuelto a llenar. Su mítico balance de musculatura y femineidad, tan extraño como ver una feminazi en un mitin de VOX, la convirtieron en uno de los cuerpos más perfectos del porno yanqui. Su genética le otorgó una sexy espalda tonificada que desciende a unos glúteos cincelados por la mano de los dioses del Olimpo, que a su vez son sostenidos por unas piernas torneadas que delatan que se ha curtido gracias a un estricto régimen de ejercicio y dieta alta en proteínas. Por algo está incluida en nuestro decálogo de pornostars musculosas de JaqueMateateos.
Así es. Sus cualidades físicas eran del todo fabulosas y, poco a poco, esos rasgos inherentes comenzaron a definirla hasta el punto de crear un novedoso canon estético en el clásico género MILF. De hecho, las actuales herederas de su legado (Alexis Fawx, Cherie Deville y Brandi Love) rinden culto al aspecto inequívoco que ella imprimió al final de esta era de las superestrellas: carnes firmes, un envidiable bronceado, una pizca de silicona, y un duro culo como para ponerlo en un museo.
Han pasado 2 largos años desde que Kendra se retiró del circuito mainstream pornográfico y se refugiara en su cuenta personal de Onlyfans. Sus negocios han quebrado, su agencia de modelos «Society 15» cerró sus puertas y fue despedida de su trabajo como comentarista deportiva en eventos de lucha libre (WWE Championship). Por esta razón hemos creído conveniente rescatar algunas escenas de producción propia para comprobar como ha evolucionado la que fue una de las MILFs más pletóricas del porno yanqui.
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