Puede que Sara Jiménez (20 años, Madrid) todavía esté verde, interpretativamente hablando, y aún le quede mucho camino por recorrer en la farándula del cine nacional, pero los que vimos a la actriz madrileña en la película «Julieta» (2016), de Pedro Almodóvar, en seguida vimos el inconmensurable potencial que encerraba en su tierna juventud. Está claro que se ha ganado a pulso ser una de las últimas incorporaciones de esta nueva generación de actrices adolescentes, cargada hasta los topes con dulzura, salero y la chispa de la vida necesaria para llamar la atención en el panorama cinematográfico español.
Dicen que en las distancias cortas es mucho más natural y simpática que frente a la cámara. Nosotros no la hemos visto en persona, pero viendo su currículum y numerosos papeles en el cine, series de televisión y obras de teatro (viene completita la muchacha) ya nos demuestra que es el mismo huracán que enamoró al director manchego en la gran pantalla. Su jovencísima presencia y amplio bagaje profesional hacen de ella una requerida presencia en cualquier reparto de actrices.
Su cercana sensualidad de vecinita de al lado todavía tiene mucho que decir en el panorama audiovisual español, aunque ya la hemos podido ver enseñando pechuga y muslo en series de la pequeña pantalla como «Estoy Vivo» y «Caronte», siendo en esta última donde demuestra una gran madurez saliendo en sexy ropa interior cuando apenas tenía 18 años. Sí, habéis escuchado bien. Y es que es sorprendente que, con el DNI todavía entre los dientes, haya participado en películas como «Maktub» (2011), de Paco Arango, o «La mujer que Hablaba con los Muertos» (2014), de César Álamo.
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