Hace unos días publicamos una escena de Jennifer White donde alertábamos a la comunidad pornográfica de que había llegado la hora de su obsolesncencia programada, bajando varios peldaños en intensidad y perdiendo facultades sexuales. Nada más lejos de la realidad. Hace pocos días la pornostar californiana puso toda la carne en el asador —una carne que ahora luce con varios kilos de más, por cierto— para volver a ejecutar uno de sus atávicos y bestiales ejercicios interraciales (parece que no olvida al regustillo que le dejaron Dredd y otros mandingos). Se trata de un brutal choque con el mismísimo actor Brickzilla —33 centímetros según su ficha técnica— que nos recuerda su encanto y vocación cuando se las vio contra el cefalópodo Julio Gomez.
Y lo mejor de todo es que viene con un anal de máximo nivel incluido, recordándonos también que es una feligresa incansable de la religión sodomita que ha llevado el género a algunos de sus extremos más memorable.
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