Hace muchos años, la modelo británica Robbin Banx fue una de las famosas conejitas de Playboy que el carismático y magnate Hugh Hefner tenía sueltas por la conocida mansión. Fue justo después de su muerte cuando descubrió su verdadera profesión, la de pornostar, y no tardó en hacer realidad sus sueños presentándose en Brazzers bajo el auspicio de Keiran Lee. De esta manera, la señorita Zoe Gregory —así se llamaba antes de entrar en la industria de adultos— se convirtió en una de las pocas exmodelos de Playboy que dan el salto al porno (como Amanda Nicole o Tommie Jo). Lejos de colgar los hábitos sexuales los retomó con más fuerza, apuntándose a la agencia OC Modeling y revistiéndose de una capa de cirugía plástica hasta quedar casi irreconocible.
Con un cuerpo esculpido de curvas artificiales y una madurez seductora inconfundible se ha convertido en una estrella en ascenso en el nicho de las maduras, más que nada porque a sus 46 años puede presumir se un físico voluptuoso y explosivo. Tanto que, según algunas malas lenguas, rompió el matrimonio Jennifer López (JLo) lanzando propuestas picantes a su marido, Alex Rodríguez. Por lo visto, no ha perdido la práctica en ser una busca fortunas que se arrima a millonarios.
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