Las dimensiones ilustradas en la carátula de la película «Dredd #12» nos dan una ligera idea de cuán grande es la herramienta de trabajo del poderoso actor afroamericano Dredd. Sin duda, todo un descubrimiento del estudio Jules Jordan, que continúa dando comida femenina a este cipote monstruoso que es una institución en el porno interracial. La última víctima de su estaca fue la tetuda Violet Myers, que vino más que dispuestas a convertir su cuerpo en un buffet de barra libre dejando en segundo plano sus prodigiosos pechos desparramados —cuando agita su par de glándulas mamarias reinventa el término perfección— para entregarse de lleno al descomunal tamaño de este mito viviente masculino.
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