La primera vez que presentamos a la venezolana Agatha Vega (22 años) cometimos el error de no prestarle una atención personalizada como Dios manda. Un error imperdonable para una de las nuevas incorporaciones venezolanas que están cortando el bacalao en la tierra de las oportunidades, EE.UU. Y es que la tendencia latina por Norteamérica está revolucionando el star system pornográfico hasta tal punto que los estudios creados por Greg Lansky (Tushy, Vixe, Blacked y derivados crudos) están rodando multitud de escenas con acento español. De este modo, la que debutó junto a la española Ginebra Belluci, acaba de conseguir un jugoso contrato con Blacked en el que abraza sus hermosísimas raíces latinoamericanas.
En su corta trayectoria ha demostrado que su atípica belleza pelirroja —pocas sudamericanas existen con este fenotipo en el cabello— se centra en el dulzor y la calidez más que en el erotismo. Que su sonrisa radiante juega un papel primordial en su propuesta como pornostar, siendo capaz de que le diéramos hasta las llaves de nuestra casa. Pero si hay algo en lo que destaque este caramelito caraqueño en su silueta y tono de piel. Agatha tiene unas proporciones de cintura, cadera y culo tan espectaculares que es imposible perderla de vista.
Esperemos que estemos ante el inicio de un amplio recorrido profesional para Agatha y nos podamos recrear con su belleza latinoamericana durante muchos años más.
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