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Lara Duro, la trayectoria de una pornostar española con un Premio Ninfa

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Puede que la jovencísima Lara Duro (24 años, 1993) sea una de las starlettes más conocida de España al ser una de las primeras chicas salidas de la generación Z —la generación que toma el relevo de la Millennial— que decidió probar fortuna en el panorama pornográfico nacional. La madrileña, después de trabajar pluriempleada como camarera y estríper, ha luchado con uñas y dientes para hacerse un prometedor hueco en la industria ibérica del ñogo ñogo. Y vaya que si lo ha conseguido, ganando un Premio Ninfa 2018, debutando con Cumlouder y hasta siendo penetrada analmente y con una DP en los famosos castings de Pierre Woodman.

Con semejante aterrizaje en la industria española de adultos un mundo de posibilidades se abrieron a su futuro y pronto Lara Duro comenzó a grabar a destajo para los chicos de Techpump, la empresa de Gijón propietaria de Cumlouder. Conocidas escenas suyas las del semental Nacho Vidal y el valenciano Nick Moreno.

Más tarde, cuando ya había asimilado las intenciones de su apellido (Duro viene de ser una adicta al hardcore) hizo gala de este apodo para practicar un sexo más salvaje por estudios como DDF Network, Private, Fake Hub, Blowpass, Evil Angel o Reality Kings, entre otros. Un territorio que pisó bien fuerte, haciendo mucho ruido con su vicio insaciable y multiorgasmos incontrolables.

En la actualidad, Lara Duro sigue aprovechando al máximo su espontaneidad, sus jugosos pechos naturales, ese rostro que parece no haber roto nunca un plato y su llamativo brazo izquierda repleto de morbosos tatuajes. Todo ello rebozado con palabras sucias durante el acto sexual (es de las que insulta cuando llega al orgasmo).