Hace dos años la norteamericana Bella Rose (anteriormente llamada Sydney Belle, 23 años) sucumbió a uno de esos caprichos superfluos por someterse a intervenciones quirúrgicas. En el caso de esta millennial de la última hornada —la generación P, las chicas que han crecido viendo porno en el móvil— el cambio físico deliberado fue producido por inyectarse colágeno en los labios y un ligero aumento de pómulos. Una decisión estéticas muy cuestionable porque su rostro tenía cierto peso entre sus seguidores, quedando su otrora belleza evaporada en alguna clínica de cirugía estética. Sea como sea, la oriunda de Carolina del Norte conserva intacta su figura de cuello para abajo, y su metamorfosis facial, expuesta en Girl Cum, no ha afectado a su espectacular vagina: de enormes labios menores y con pinta de una jugosa loncha de jamón de York.